EDUCE Cooperativa es una iniciativa que surge a partir de la asociación civil EDUCE AC. La asociación comenzó sus trabajos en 1989 con jóvenes de Hopelchén, Campeche, y una de las primeras iniciativas fue promover la producción apícola como una opción para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Esta iniciativa tuvo gran aceptación y se consiguieron fondos para capacitación y asistencia técnica que con los años resultaría en una miel orgánica de alta calidad. Este resultado era fruto del esfuerzo y dedicación de un grupo comprometido, pero faltaba sortear el último obstáculo: la comercialización. La miel era vendida a intermediarios, y la diferencia en calidad que el grupo de productores estaba en condiciones de ofrecer no era compensada económicamente. La respuesta no se hizo esperar, y un grupo de socios de la asociación civil sugirió la idea de buscar un mecanismo propio de comercialización bajo la forma de una cooperativa. Así nace EDUCE-Coop, que hoy exporta de manera directa a Europa el 98% de la producción de sus socios y asociados, habiendo logrado cumplir con los más altos estándares de comercialización con certificados de miel orgánica y de comercio justo. Su mayor logro ha sido brindar capacitación permanente, asistencia técnica y comercial, y poner a la comercialización al alcance de los productores. Inicialmente la cooperativa comenzó a trabajar con algunos grupos de productores del sur de Quintana Roo y Campeche. El principal objetivo era acortar la cadena de valor para que un mayor porcentaje del precio final fuera a parar a manos del productor. Hasta ese momento la miel era vendida a un intermediario, quien por lo general la vende a un centro de acopio pequeño, y éste a su vez a un centro de acopio mayor para luego venderlo a una empresa exportadora. Cuenta Juan Ocaranza, coordinador de proyectos de EDUCE-Coop, que las primeras exportaciones directas fueron en el año de 1998, principalmente por gestiones de Miguel Ángel Munguía, director de la cooperativa. Sin embargo, hasta el momento los volúmenes de entrega no eran suficientemente grandes para tener una verdadera incidencia en la formación de precios y reducir costos de operación. Momentos clave“El primer momento clave, explica Juan Ocaranza, es alrededor del año 2000 cuando EDUCE-Coop inicia un proceso de aprendizaje en asistencia técnica, comercialización y negociación con los clientes, período que fue necesario si se tiene en cuenta que el objetivo era lograr colocar el producto con certificado orgánico y de comercio justo, lo cual se logró”. En esa primera etapa la principal limitante fue el tiempo que requiere el proceso de aprendizaje, y hubo un tiempo de estabilización en el que ya los volúmenes manejados no permitían bajar los costos. En el año 2010, con todo el éxito que se había logrado y las relaciones comerciales consolidadas, los socios de la cooperativa consideraron que era momento de crecer para tener mayor protagonismo en el mercado de la miel. Por otra parte, la sede de la cooperativa está situada en el estado de Yucatán, y los grupos de productores estaban en Quintana Roo y Campeche. Era momento de iniciar un trabajo de promoción para incluir a los productores de Yucatán. Se comenzó por organizar asambleas para explicar la propuesta de EDUCE-Coop, las cuales llegaron a ser de hasta cien productores. Sin embargo, explica Juan, la mayoría de los apicultores se desanima al escuchar que la cooperativa no trae dinero, que se trata de una organización de trabajadores de igual a igual que busca la certificación orgánica, un precio más justo y que todos ganen. El resultado es que quedaron quienes están realmente dispuestos a hacer un esfuerzo conjunto, es decir entre diez y veinte productores en cada una de las trece comunidades de Yucatán. Para poder recibir apoyos financieros, en el año 2011 los grupos se constituyeron en trece sociedades cooperativas, y obtuvieron un pequeño subsidio de SEMARNAT para la compra del equipo. “Este paso fue fundamental, comenta Juan, porque antes de empezar a producir ya estaban recibiendo apoyos, y eso incentivó mucho a los productores. Luego se logró un financiamiento para cubrir la mitad de los costos de certificación orgánica que finalmente se obtiene en 2013, año en que se percibe el aumento en el precio y el incremento en la utilidad de los productores”. Aunado a ello, el Fondo del Medio Ambiente Mundial (FMAM) otorgó un apoyo a los trece grupos para la construcción de centros de acopio y compra de equipo, a cambio de un compromiso para elaborar estrategias de mejoras del monte y la flora melífera. Además del beneficio directo de la infraestructura para lograr un producto aislado de contaminación, este apoyo incentivó aún más a los productores. Si bien la cooperativa ha logrado colocar su producto en uno de los mercados más exigentes, existe una gran amenaza, explica Juan. En 2013, la corte europea determinó que si la miel que se comercializa tiene residuos de polen transgénico debe etiquetarse, aunque hoy día hubo una modificación a esa disposición. Eso significa que al poner la miel en el anaquel en Europa, si tiene residuos de cultivos transgénicos la gente simplemente no la va a comprar. Hoy existe una amenaza de que se siembre soya transgénica en la Península. “Si llega a darse la contaminación legal o ilegal estamos fritos, se acabó el negocio”. Lecciones aprendidas Para Manuel Euan Chan, presidente de la sociedad cooperativa Flor de X’tabentún, organizarse implica asumir compromisos, establecer reglas de juego, y eso trae beneficios, explica. Difícilmente se hubiera logrado construir los centros de acopio sin organización, y “en las otras comunidades me preguntan: ¿don Manuel, cómo le hicieron?”, dice con visible orgullo. Juan Ocaranza explica que la buena organización es fundamental para lograr la certificación de comercio justo, que en el caso de los grupos de Yucatán está en proceso de lograrse. Ese mercado implica estándares de calidad, compromisos de tiempo y compromisos de volúmenes, entre otras cosas, pero tiene ventajas como el 60% que se entrega a la cooperativa como prefinanciamiento. Este pago por adelantado es clave porque el productor tiene costos inmediatos que cubrir, y si no se les paga al momento de la carga van a preferir vender a un intermediario por un menor precio pero con cobro inmediato. “El primer paso importante que damos es lograr que la gente tenga voluntad de cambio”, explica Juan. Una vez que se tiene la voluntad y las herramientas necesarias para generar el cambio, se construye el poder para que se pueda cambiar. Los socios que iniciaron tenían voluntad para el cambio, la cooperativa aportó asistencia técnica y capacitación, las comunidades aportaron su conocimiento, y así se generó el poder de cambiar. Don Manuel dice que “con EDUCE-Coop hay un respeto mutuo, una confianza consolidada, ellos del lado comercial y nosotros del lado del productor”, a lo que Juan agrega que “la única forma de construir la organización es mediante la confianza, esa sería mi lección”. En la actualidad, EDUCE Cooperativa explora también la relación entre la actividad apícola y el uso del territorio. La salud de los ecosistemas es muy importante para garantizar la producción de miel. Las colonias de abejas dependen de la selva, pero también de los sistemas productivos compatibles, como la milpa y la creación de acahuales para poder mantener una producción todo el año. En este sentido, la apicultura es compatible con los paisajes sustentables promovidos mediante acciones de desarrollo rural sustentable. |